“Los justos cuidan de sus animales” (Prov. 12:10, NTV).
“Tú, Jehová, conservas al hombre y al animal” (Sal. 36:6).
La búfala de Karamjit Kaur estaba muy enferma. Llamaron al veterinario, y comenzó su tratamiento. La angustia duró un par de meses. Angustia, porque el sustento de la familia de Karamjit dependía de la leche de búfala; y también por el temor de perder al animal. Después de todo, la familia se sentía muy ligada a ella y le preocupaba su bienestar. No sería exagerado decir que existían lazos especiales entre la familia y el animal. La búfala les había traído bendiciones. La consideraban, incluso, un miembro más de la familia. Por ello, el saber que había escasas esperanzas de que se recuperase les causaba una gran tristeza.