“Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos: quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos” (1 Samuel 14:6).
El fresco aire del Mar de Mármara llenó mis pulmones aquella noche de febrero. Me encontraba en la ciudad turca de Canakkale, y acabábamos de visitar las ruinas de la antigua Troya.
De repente, un inmenso cañón quebró la tranquilidad de aquella avenida de la metrópolis. Era un artefacto de la Primera Guerra Mundial, utilizado en la batalla de Galípoli (también llamada batalla de los Dardanelos). Días más tarde, recorriendo el mausoleo de Mustafá Kemal Atatürk, en la ciudad de Ankara, la guía nos detalló con precisión lo ocurrido en aquella contienda bélica.