“No entrará en ella ninguna cosa Impura o que haga abominación y mentira, sino solamente los que están Inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apoc. 21:27).
En un reciente viaje desde Fayetteville (Carolina del Norte) hasta Oakland (California), mi esposo y yo teníamos planeadas unas vacaciones de Navidad con nuestros hijos y nietos, antes de visitar a mi madre y mis familiares en Ohio. Hicimos cuidadosamente las maletas. En lugar de un monedero, me puse un estuche alrededor del cuello, para llevar nuestras tarjetas médicas y de identidad junto con el dinero en metálico.
Mis prótesis de rodillas activaron el timbre de seguridad en el control del aeropuerto. Un funcionario me pidió que me quitara el estuche que me colgaba del cuello. Luego, se concentró en mi esposo. Otro agente me hizo una radiografía, para confirmar que yo en verdad tengo rodillas artificiales. Finalmente, nos dijeron que podíamos entrar en el área protegida de salidas y llegadas.