“Fuerza y honor son su vestidura, y se ríe de lo porvenir” (Prov. 31:25).
Era una tarjeta completamente nueva. No recordaba haberla comprado, pero estaba en mi archivo de tarjetas. Las luminosas palabras, “Feliz cumpleaños a nuestro yerno” suscitaban toda una gama de emociones. El divorcio de mi hija se consumaría en pocos dias. Aún no habíamos asimilado esa triste circunstancia, pero era evidente que no íbamos a necesitar más de aquella tarjeta. No lograba decidirme a tirarla, así que, estaba pensando dársela a una amiga mía que tiene una hija felizmente casada. Ella sí podrá utilizarla.